Saturday 3 de December de 2011, 01:00:27

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He pasado por aquí muchas veces, generalmente en torno al mediodía, ya de bajada. Me conozco este valluco, esta “coma”, como si hubiera nacido en él, como si lo hubiera modelado con mis propias manos... Y sin embargo, la dinámica natural, afortunadamente independiente de nuestros deseos y de nuestra frecuentación, es la que dicta sus leyes sobre el terreno y le confiere a cada momento su aspecto concreto, su textura, su forma de ser. No es la primera vez que veo las “islas”, que sobrevuelo desde mi ruta “aérea” los perfiles de estos archipiélagos allí abajo, casuales y bellos, imagen de un azar de nieve y viento en un lugar y un momento concretos, pura creación “decidida” por algo que nos sobrepasa y a lo que llevamos milenios dedicando nombres y doctrinas y rituales y oraciones...

Hoy también estoy pasando por aquí, y me fascina una vez más la belleza de las formas del terreno, de esos relieves mimosamente trabajados sobre un océano uniforme, relieves que disfruto desde mi paseo “aéreo”, desde mi vuelo regular de aeronave, perfectamente programado. Son siempre casi iguales, pero siempre distintos. Los sobrevuelo y me los voy mirando... Al principio con cierta displicencia autosuficiente, de decir “pues mira lo que hace el viento...”. Pero enseguida con el interés creciente de ir apreciando formas, siluetas y perfiles que van dejando un sello único en la superficie monótona de este enorme océano de agua detenida. Hoy también estoy pasando por aquí, y a base de ir haciéndolo voy comprendiendo que cada vez que lo haga observaré facetas diferentes, mudables e irrepetibles de una realidad fluyente y multiforme, capaz de solidificarse a cada instante con aspectos diversos.

Hoy también estoy pasando por aquí, y pese a haberlo hecho otras veces, percibo que se trata de una vez única, porque sé que nunca volveré a ver las islas como las veo en este instante... Y no es una sensación reconfortante exactamente, a priori no, porque veo las islas, una isla, esta isla en concreto, una maravilla casual de las fuerzas naturales, y sé que no volveré a verla nunca más... De pronto se me ocurre pensar con tristeza que quisiera arribar hasta su orilla y perderme en sus valles y perfiles, recorrer las calas y rompientes de su hermosa costa recortada. Y que si no lo hago ahora no tendré otra oportunidad...

Mientras me voy acercando a la isla desde mi visión aérea de pájaro sin alas, movido por mis veloces zancadas pendulares, pienso en cómo entrar en ella con el tamaño de una hormiga para poder recorrerla y poseerla. Y pienso además en si, al conseguirlo, conseguiría alcanzar el paraíso... Sí, ese lugar feliz del que nunca marchar. Pienso en la isla como una meta de paz serena, un lugar donde ser yo sin condiciones ni urgencias, un lugar donde ser invulnerable. Y quiero abordarla como sea. Quiero recorrer ahora su geografía impermanente, sentirme en ella libre y amo de mi vida, y tal vez poder decir que en ella fui feliz por un instante tan inmensurable como lo que duren sus formas caprichosas. Y entender por fin que la felicidad, como la eternidad, no es más que una sucesión de pequeños momentos exclusivos que van conformando una secuencia inacabable. Sin más.

Y ceso mi sobrevuelo y desciendo y me arrimo, me arrimo hasta notar en mi rostro la frialdad de su piel y en mis ojos el esfuerzo de enfocar tan de cerca... E insisto hasta el cansancio, y con él, de golpe, me siento dentro de ella, encaramado a sus montañas y habitante de sus valles y sus playas. Y aprovecho y exploro, tanto tiempo como duren sus formas, hasta la próxima nevada, la próxima ventada o la próxima era geológica... Una deliciosa eternidad en la palma de mis manos, por fin sin tristeza porque siempre habrá una isla esperándome, igual pero distinta.

PD: arraigar en la isla, como el personaje del gran Julio Cortázar, arraigar a salvo de tensiones, sufrimientos y accidentes... Incluso a salvo de la muerte, esa patraña...

�lbums de Fotos relacionados:

• Puigmal des de Fontalba

2 Comentarios

Enviado por Antares el Wednesday 11 de January de 2012

�Grande Cortázar, enormísimo cronopio, y grandes tus textos, Gerardo.�

Enviado por Gerardo el Thursday 12 de January de 2012

�Me gusta cómo me ha quedado, pero necesitaría mil vidas para llegar a escribir como el maestro.... Gracias, Antares.�